miércoles, 26 de noviembre de 2008

Memoria olvido , perdon

Todos --bueno, la mayoría-- estamos a favor de la reconciliación después de una guerra y de una dictadura crueles. Pero lo primero que resulta extraño es que en España la reconciliación todavía no se haya producido 70 años después de la guerra y 30 después de la dictadura. Y ahora, el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Rouco, propone que olvidemos. En realidad, hasta ahora no se había olvidado, pero se había prohibido el recuerdo, la memoria. ¿Declara el señor cardenal que es bueno y virtuoso seguir así, reprimiendo la memoria? La recomendación resulta particularmente extraña por razones teológicas: al fin y al cabo, el núcleo del cristianismo es "la memoria de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo". Es esto lo que conmemora constantemente la Iglesia, en sus sacramentos y en sus celebraciones. La memoria, pues, no debe de ser tan mala. Lo que es malo para los cristianos es utilizarla contra los demás, que es lo que ha hecho la Iglesia durante mucho tiempo, cuando invitaba "a matar judíos" precisamente en la celebración del Viernes Santo. Después de aquella y otras experiencias, la Iglesia ya debería haber entendido que la memoria no es incompatible con el perdón, sino al contrario: sin memoria no puede haber perdón, si no, la práctica de la confesión resultaría irrelevante. He ahí que el señor cardenal comete dos errores graves: uno, teológico, porque olvida el carácter central de la memoria en su predicación; otro, pedagógico, porque lo que él tiene que hacer es ayudar a los creyentes no a olvidar --si así fuese no habría perdón--, sino precisamente a tener memoria para llegar al perdón. La reconciliación no se logra con el olvido, sino con la verdad, con el reconocimiento de culpas, allí donde estén, de forma clara y consciente. Si la sociedad española no está suficientemente preparada, hay que prepararla. ¿No debería de ser ésta precisamente una de las misiones de la Iglesia española? Y los obispos catalanes, ¿no van a decir nada? Seguramente no, como casi siempre. Y así le va al pobre evangelio. ¿Puede extrañar a alguien que el catolicismo esté en vías de extinción?

JOSEP-MARIA Terricabras. el periódico 26.11.08

Como nos pueden incitar a olvidar? Realmente se puede olvidar según que cosas? Podemos olvidar las grandes catástrofes que ha hecho el hombre? Yo creo que no.. si no todo lo contrario, estas deberían estar presentes en nuestro día a día para que NUNCA se volvieran a repetir...


Al entrar en un pabellón de Auschwitz podemos ver un cartel que dice " Quien olvida su historia está condenado a repetirla" Acaso podría volver a repetirse el holocausto? si olvidamos.. quizás... por ello no podemos olvidar!

Aprender de los errores, recordando los errores no olvidando